jueves, noviembre 01, 2012

Después del Ocaso

En este día de todos los santos quiero dedicar estas palabras a los seres queridos que nos han ido dejando.

 Grabo a fuego los recuerdos de tu última imagen, justo en la accisa donde espacio, tiempo y dos personas nos vemos en nuestro último encuentro sin saberlo, casi al final de los latidos. Es un instante dotado de una trascendencia normalmente discreta en su presente, que cobrará importancia tras el acto intenso de la muerte,  para ser evocado puntualmente durante  el resto de mis días. Tu  memoria asociada al eco de un tono y timbre de voz únicos, a tu aroma, a la presencia de tu esencia en el ambiente. Pensar en tu inexistencia significa evocar recuerdos de cuando eras. Me encierro en pensamientos metafísicos buscando una esperanza  que te lleve a otra realidad tras el ocaso de esta vida finita, y tal vez “amén”. Brotan pensamientos que remueven emociones en la ignorancia de sus consecuencias. Tu fallecimiento me sumerge  en la añoranza e impulsa al navegar errante por el mar de la nostalgia, donde tejeré sonrisas con lágrimas, y lucharé contra una resignación que se sabe aceptada.

                Todo el silencio se inunda por el eco de una voz que viaja por la bóveda de una iglesia “si bien la distancia más cercana entre dos puntos es una línea recta, la distancia más cercana entre dos personas es el recuerdo”.

En los primeros instantes padezco la agridulce condena de recordar a los difuntos seres queridos  con un inmenso dolor que intento acorralar en un acto inconsciente. Es la batalla contra la ausencia,  en una lucha triste y desigual que se libra en lo más profundo y misterioso de mi ser. La interminable guerra contra la aceptación de la propia muerte, y que curiosamente parece acabar con el singular premio de la vejez. Entonces brota una poderosa inspiración en la primavera de las ideas que me invade de amor; acierto a reconocer que el recuerdo será esa distancia cercana y maravillosa entre tú y yo. El recuerdo será la senda que transite para dar testimonio de tu vida y hacerte protagonista de la mía. Conseguir que tu ausencia se convierta en presencia,  convivir con el latido del recuerdo, parece la opción útil y la actitud que suma. 

En este rato que vivimos se mezclan las historias de multitud de personas en una secuencia sin fin. Mantener viva la memoria de nuestras gentes es la llama de nuestra identidad. En el pasado se encierra el conocimiento para construir el futuro, así como la clave para entender y dar sentido a nuestra historia y vida.  Por eso y por muchas otras razones es de justicia recordar algunos de nuestros momentos juntos, y contribuir así al latido de la memoria. En este acto que además de reflexión personal pretendo sea homenaje, reconocimiento, agradecimiento y orgullo de haberles conocido e intención de que sigan siendo “memoria viva”.

En la mayoría de ocasiones, la sucesión de recuerdos empieza al evocar una imagen concreta del pasado;  Martín dando vueltas a un puro cargado de significados. Nélida regando  y cantando a sus flores en un cálido día de verano con los higos tendidos al sol. Ramona sentada junto a un Loro osado. Cipriano olvidado de sus recuerdos. Dani maquinando en la identidad de la informática y siempre siendo espejo de la bondad. Mimina dándome un sabroso  caramelo de nata guardado en el interior de un viejo baúl. Mongo gritando “Envido”, Crisantos haciendo equilibrios en su moto. Diciendo: “Buenos días Chari” cuando  ella me creía ausente. Pepín en palabras interminables buscando la perpetuidad de cada encuentro. Tío Luis con su ropa de trabajar en los plátanos demostrando que la vida lenta da para mucho y para más. Maximino enseñándome a tocar una folía. Víctor con su voz emocionada visualizando sueños de agrupaciones. El Capote cargando un saquito con Papas. Karl Alfred en su expresión para siempre inmortalizada en mi libro “Más allá de la mirada”, Meme abanando su mano en el cruce de dos coches. Dios tejiendo una pandorga y contando historias de pescadores y excesos. Marina jaleando un gol del Tenerife. Aurelio chascando un  higo mientras ve caer la tarde. Olivia en la imagen más sencilla de sí misma: un verso, y así sucecivamente

Soy causa y consecuencia de las historias y vivencias junto a vosotros, soy parte de una cadena humana que se perpetúa en el tiempo, una cadena que pierde y gana eslabones constantemente y soy un eslabón que pretende ser memoria viva del siguiente.

Juan Jesús Aguiar Rodríguez

jueves, enero 27, 2011

Biografía de Martín Aguiar Martín

“Lo que haces por ti se va contigo y lo que haces por los demás permanece.”

Esta cita cobra un sentido profundo al evocar la memoria de Martín Aguiar Martín, un personaje que perdura en los pensamientos y emociones latentes de multitud de personas agradecidas a quienes ofreció sanación, solidaridad y cariño dignas de un hombre profundamente creyente en Dios y ser humano ejemplar. Una persona que hizo su caminar por el sendero marcado y perteneciente a la gran estirpe de los hombres buenos.

Su biografía desde el punto de vista humano es la de un hombre que vive en armonía con sus valores y creencias, de una manera honesta y comprometida, actitudes con que ganó el corazón de propios y extraños.

Hijo de Doña Emilia y Bernabé vio la luz del mundo el viernes 11 de noviembre de 1927, día de San Martín, en el pintoresco pueblo de Tijarafe, barrio de la Punta, en la Isla de La Palma, en el seno de una familia campesina, aunque no sería inscrito en el registro civil hasta un año más tarde, una práctica habitual de la época.

Aprendió a leer y escribir siendo niño merced a un maestro lisiado y a los esfuerzos de su madre por pagarle las clases en aquellos tiempos de escasez. Desde niño mostró interés por la dimensión mística y búsqueda de Dios. A su temprana edad surge la vocación al sacerdocio, frustrada por falta de medios económicos y la necesidad de contar con su trabajo para sostener la economía familiar. Es también por entonces, cuando manifiesta ciertas aptitudes sensitivas al tener “apariciones” de su difunto padre y otros entes, además de destacar por un alto grado de intuición. Su madre, preocupada por estos acontecimientos lo llevó a un conocido espiritista en S/C de La Palma (Perico). El hombre nada más verlo dijo a “Mimina” (Así era conocida la longeva madre de Martín, fallecida a los 101 años de edad) Que aquel niño poseía un “Don” para ayudar a las personas, unas capacidades que necesita aprender a gestionar, así que brindó su ayuda para adiestrarlo en esta tarea. Esta decisión suponía que el pequeño quedara una temporada a cargo del médium, una opción que no agradaba a su madre, así que tras valorar otras posibilidades, optaron por neutralizar estas capacidades extrasensoriales mediante un ritual esotérico, y el remedio funcionó.

Durante su adolescencia colaboró con su familia en las labores agrícolas, y se forjaron las bases del cristiano ejemplar de vida y obra que fue. Hombre sociable y discreto, de carácter serio, fácil coloquio y actitud responsable perteneció durante muchos años a la hermandad del Santísimo Sacramento en Tijarafe, una antiquísima hermandad cuyos orígenes datan del S. XVI

Prestó el servicio militar en las Palmas de Gran Canaria destacado en el ejército de aire época de la que guardaba gratos recuerdos. A su regreso contrajo matrimonio con Nélida Rodríguez Rodríguez, quien resulto ser una esposa y mujer ejemplar, laboriosa e íntegra, primero sufriendo la ausencia de su marido emigrado, criando a sus hijos, y más tarde aceptando en una demostración de amor incondicional la vida entregada de su esposo. Fruto de este amor nacerían cuatro hijos (Juan, Teresa, Miguel y Félix) Nélida destacó popularmente por sus labores artesanales sobresaliendo por su dedicación al tradicional borde palmero.

Martín Ingresó en el cuerpo de la Guardia Civil prestando servicio en los pueblos de Valencia de Alcántara, Guía de Isora y Grafía

Tras algunos años en el Cuerpo solicitó una excedencia y emigró a Venezuela, como tantos paisanos, en busca de prosperidad. En el apartado profesional realizó diferentes trabajos destacando como transportista. Además tomó contacto con la santería Venezolana, un crisol de culturas y creencias donde las figuras de María Lionza, el Negro Felipe, y el indio Guacaipuro son representantes de los diferentes orígenes de las creencias que confluyen en este país. En este contexto despertó el “Don” latente de la infancia, una circunstancia que le llevó a desarrollar habilidades como médium. Llevado por su inquietud trascendente y la búsqueda del Ser Supremo, por el estudio de la mente y su relación con el universo, y en un intento de responder a sus muchas cuestiones, ingresó en la Orden Rosacruz (AMORC) a la que permanecería afiliado toda su vida, un hecho que sin duda promovió la dimensión mística de la que siempre hizo gala

En el año 1971 fue a pasar unos meses a su tierra palmera causando tal expectación que multitud de vecinos se congregaron en el hogar familiar para preguntarles por sus difuntos seres queridos.

Regreso a la Palma en marzo del 1974 y trabajo durante muchos años en la compañía de Guaguas Insular, primero como chofer y después como encargado gerente.

En el momento de su jubilación centro su atención en el estudio Rosacruz y la ayuda desinteresada a los demás. Durante más de quince años llevó una vida muy estructurada, dedicando una gran parte de su tiempo a aquellos de los que más se rodeaba, eran los más pobres, enfermos, o necesitados. Cada mañana conducía su coche desde el barrio de La Punta hasta los Llanos, casi siempre en compañía de algún vecino o familiar, allí desayunaba frecuentemente con los amigos, hacía sus gestiones y esperaba paciente la llegada del furgón de la prensa. Luego salía presuroso hacia La Punta de Tijarafe donde durante los últimos quince años llegaron de su mano los primeros ejemplares de su inseparable Diario de Avisos.

En su mesa nunca faltaba un potaje y en la despensa por apretada que fuera la economía siempre reinaba la abundancia. En la parte baja de su casa hay una lonja con una terraza exterior. En este lugar tiene habilitado un altar y una sala de espera. Aquí pasaba las tardes atendiendo a personas venidas de diferentes puntos de nuestra geografía, sin el menor ánimo de lucro. Sus remedios consistían en recetas que combinaban diferentes tipos de hierbas utilizadas en la medicina popular canaria de las que era un gran conocedor, y otros trabajos esotéricos. Con esta vida tan variopinta no es de extrañar que también fuera un gran contador de historias.

La vida de Martín Aguiar se dibuja en una línea ascendente hacia la realización personal donde la dimensión humana y espiritual del personaje se engrandece configurando una persona sencilla y sabia, en permanente armonía consigo mismo y sus semejantes.

Martín Y Nélida se amaron como esposos y compañeros durante más de sesenta años, pero lo que no esperábamos y a todos nos cogió por sorpresa, después de la penosa y dura enfermedad y del fallecimiento de su esposa, es que le dejase tal desgarro y pena en su corazón que le sumiera en la profunda tristeza que no superaría. El pasado 3 de febrero de 2010, y apenas habían pasado 22 días de la pérdida de Nélida, después de una mañana rutinaria en sus costumbres habituales, y a la hora de Nona Martín sorprendido por un infarto miocardio fulminante entregaba su espíritu al Creador en el que él siempre creyó hasta el final.

Por todas estas cosas y haciendo referencia al principio de este texto Martín Aguiar y Nélida Rodríguez dejaron su memoria viva en el corazón de sus seres queridos, legaron el mejor de los patrimonios, su ejemplo de vida, y transmitieron valores como la sencillez, la honestidad… Y el respeto hacia los demás. Ellos que tuvieron la suerte de irse de este mundo siendo mayores son ejemplo y modelo de los hombres y mujeres del futuro. Es por todo ello que el testimonio de sus vidas y sus vidas en si mismas están ligadas a la idiosincrasia de nuestra cultura popular canaria de la que son personajes representativos.



Juan J. Aguiar/ Félix Aguiar

tijarafe@latinmail.com

sábado, junio 19, 2010

La última entrevista a José Saramago

Otro despedida dolorosa a un gran pensador. En estas líneas dejo un enlace a la última entrevista realizada a José Saramago en Radio Nacional de España. Escucharlo es entrar en una dimensión de la consciencia menudo neutralizada por el yugo del poder a los ciudadanos. Desde este humilde espacio lanzo un grito ¡Apostemos por la divulgación del pensamiento crítico!

EL CAMINO DE SANTIAGO EN BICICLETA


EL CAMINO DE SANTIAGO EN BICICLETA DE MONTAÑA
11 ETAPAS DESDE RONCESVALLES.

Abril de 2010

Con la narración de esta experiencia pretendo aportar la breve visión personal de un “bicigrino” a lo largo de las diferentes etapas y situaciones que se plantearon en la maravillosa aventura por llegar a Santiago, y tal vez a uno mismo.

Sin duda, una de las cuestiones previas que suscita incertidumbre en el “bicigrino” surge al plantearse como llegará con su bicicleta a Roncesvalles, y a qué precio. En cuanto a las características técnicas de la bicicleta los entendidos recomiendan suspensión delantera y que venga preparada con agujeros para atornillar el portaequipajes.

Salimos desde las Islas Canarias, aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife. Allí comenzó la realidad de nuestro peregrinar. El primer paso fue embalar las bicicletas en voluminosas cajas de cartón. La normativa aérea es muy estricta respecto del embalaje; requieren desinflar cámaras, desmontar pedales etc.… Facturamos por la cinta de equipajes especiales con unos precios que oscilan entre los 25 y los 75 euros según la compañía. Llegamos al aeropuerto de Madrid Barajas a las nueve de la noche de un miércoles Santo del año Xacobeo 2010, año santo compostelano y acontecimiento que no se repetirá hasta el año 2021. Contratamos una compañía de transportes con sede en el aeropuerto de Barajas para desplazarnos con nuestro equipaje a la estación de autobuses, y desde allí  otras seis horas a través de la gélida noche con destino a la ciudad de Pamplona. Desde la parada de taxis situada en la estación de autobuses de Pamplona no existen muchas alternativas para llegar a Roncesvalles. Una opción siempre disponible es el taxi. Existen varios vehículos habilitados en la ciudad para el transporte de bicicletas. Llegando en verano, un sábado por la mañana o víspera de festivo podremos localizar a otros peregrinos con los que compartir estos gastos. Otra opción pasa por consultar el horario de los autobuses, aunque sólo hay servicio en determinadas temporadas. Los más aventureros siempre pueden subir a Roncesvalles dando pedales en una etapa adicional. El precio del taxi a partir de los sesenta euros. Buscando en google puedes localizar los teléfonos de algunos taxistas que hacen el trayecto y concretar directamente con ellos precio, disponibilidad y posibilidad de compartir vehículo con otros peregrinos.

Roncesvalles nos recibe con una ligera nevada, agradable a los sentidos de los que estamos acostumbrados a climas tropicales. Las montañas se engalanan con sus túnicas blancas, y la mañana del jueves santo se tiñe de matices que evocan la memoria de mis abuelos Martín Aguiar Martín y Nélida Rodríguez Rodríguez.
Cansados pero ilusionados preparamos nuestras bicicletas y comprobamos algunos desperfectos ocasionados por el largo viaje. Nos equipamos para la etapa e intercambiamos impresiones con los peregrinos. Aún quedaba algo muy importante antes de partir. Esperar que el cura abriera la colegiata para poner nuestro primer sello en la credencial.

Etapa 1. Roncesvalles – Puente de la Reina


Al pie de una señal que indica 790 km para Santiago nos convertimos definitivamente en “bicigrinos”. Luego suceden acontecimientos fascinantes a toda velocidad; atravesamos colinas embarradas, bosques, riachuelos, y serpenteantes senderos en una etapa impregnada de naturaleza pirenaica. Lugares donde los amantes de este deporte podrán experimentar sensaciones intensas y poner a prueba su destreza sobre la bicicleta.

Durante los primeros compases de la etapa atravesamos una hilera de entusiastas peregrinos que comparten el sentimiento del “Buen Camino”. Forman una comunidad andante y contagian la sensación de pertenencia a un colectivo. Aquí no hay abogados, ingenieros, mecánicos o panaderos. La condición social parece diluirse en el camino para dar paso a una identidad peregrina que todo lo contagia de buen ambiente, cordialidad y solidaridad entre aquellos que cruzamos nuestras historias en estos escenarios por donde discurre la vida y nuestras tradiciones. Los primeros kilómetros de esta etapa rompe piernas se convierten en una oportunidad para testar nuestra condición física. Siempre podemos optar por realizar tramos por carretera en previsión de evitar excesos y como consecuencia lesiones, pero sin lugar a dudas, merece la pena descubrir los parajes y sorpresas que aguardan al peregrino en cualquier punto del camino. Tardamos unas horas en descubrir que estábamos rodeados de fuentes de agua por todas partes, y eso supone que ya no tendremos que comprarla en adelante.

Encontramos varios grupos de “bicigrinos” junto a los que compartimos palabras de ánimo e ilusión. Nos sorprendió ver un perro de raza Gran Danés haciendo el camino junto a su amo “bicigrino”. Llamaba la atención que al enorme animal no le supusiera esfuerzo seguir el ritmo de su patrón.

El segundo tramo del día cubre la distancia entre Pamplona y Puente de la Reina con el primer puerto de montaña reseñable “El alto del perdón”. Acusamos el cansancio del tramo matutino. Tras varias vicisitudes decidimos terminar la etapa por carretera y bordear el puerto de montaña, causándonos gran pesar haber obviado este bello paraje del camino. Esta decisión que nos invitó a reflexionar sobre los contratiempos que acechan al “bicigrino”, que en algunos casos nos obligarán a tomar rutas alternativas, acortar etapas o tomar otro tipo de decisiones. En todo caso, y para respetar unos periodos mínimos de descanso, disfrutar de las gentes, pueblos del camino, encontrar un alojamiento adecuado, etc. Puede ser útil establecer una hora de llegada que nos deje un margen razonable para turismo, ocio, descanso, buena alimentación, etc. En todo caso existen otros factores como la condición física o las motivaciones que muevan a cada persona en particular. Es por ello que once etapas en las que circulamos predominantemente por caminos resulta una agenda un poco apretada para aquellos que gozamos de unas condiciones intermedias, máxime cuando debemos prever acontecimientos inesperados que pueden retrasar nuestros planes.

Nuestras piernas, al límite, agradecieron el progresivo descenso por carretera. Encontramos un paisaje que nos recordó al viejo fondo de escritorio de Windows. ¿Alguien lo recuerda?


Entre estos pensamientos, la satisfacción de una buena cena, y mucho barro en nuestras burras discurrió el primer día en el camino que nos dejaba ochenta kilómetros más cerca de Santiago. Otra sugerencia, no olvides llevar líquido para engrasar la cadena.

2ª ETAPA. PUENTE DE LA REINA-LOGROÑO

El alba nos saluda con música de ruiseñores y otros pajarillos. Con este panorama la alegría brota espontánea. La mañana se antoja un buen momento para el intercambio de opiniones y expectativas, pero todo se disuelve en un repecho durísimo que nos deja sudando a veinte minutos de la salida. Las molestias son una constante y decido hacer algunos kilómetros por carretera para aliviar mis doloridas articulaciones.

De pedales a Viana esperan colinas interminables que nos obligan a descansar cada pocos kilómetros. Llevamos como referencia el libro de Juanjo Alonso “Capitan Pedales” una guía práctica de este autor entusiasta del camino, equipaje útil en las alforjas de muchos “bicigrinos” aunque a veces impreciso. Mi compañero advierte que en esta zona existen tramos muy complicados para la bici, y decidimos seguir por el asfalto. Nos aguarda un gran momento del camino cuando conocemos a nuestro amigo Álvaro, una máquina sobre ruedas que ha recorrido ciento treinta y tantos kilómetros desde Roncesavalles en un solo día, y que se convertirá en compañero peregrino con quien pasaremos buenos momentos. Oscurece el viernes santo a las puertas de Logroño, no sin antes llevarnos otro susto, sufro ¡La pájara! que convierte cada uno de los metros restantes en una distancia infranqueable, y sin un triste caramelo para llevarme a la boca, sobran las moralejas.

La Semana Santa y nuestra despreocupada falta de previsión casi nos dejan sin alojamiento en la ciudad, cuando milagrosamente conseguimos hostal gracias a una cancelación de última hora. Todavía hubo tiempo para otro susto; una ambulancia en servicio prioritario me dejó aprisionado contra un muro doblando el manillar de la bicicleta contra el abdomen. Tras unos minutos de angustia y la intervención oportuna de unos transeúntes salí ileso del accidente. Todo terminó con unas buenas tapas riojanas y una sesión de cremas y estiramientos. Tantos contratiempos, el agotamiento, y la sombra de una lesión mermaron mi actitud optimista habitual. Durante unas horas surge el fantasma de la continuidad puesto que a las complicaciones del momento se suman fuertes dolores en el talón de Aquiles y algunos problemas mecánicos en la bicicleta. Pero la buena marcha de mi compañero y la decisión de tomarnos una etapa de recuperación me animan a sobreponerme. A la mañana siguiente doy por superada una de las etapas más complicadas desde el punto de vista anímico y me pongo a dar pedales.

Tercera etapa. LOGROÑO- AZOFRA

Es una maravilla levantarse sin prisas y disfrutar de los servicios que ofrece la ciudad. Llevé la bici al taller. Recuerda que hay talleres en casi todos los pueblos ¡pregunta siempre por los precios! Compré unos tenis que solucionaron mis problemas en el talón de Aquiles, tomamos un buen desayuno y pasamos por el banco. Una vez saciados de servicios volvimos a perdernos por los caminos que atravesaban la inmensidad de los viñedos riojanos, toda una suerte de materia prima de esta fértil región.

Esta etapa nos brindó la estampa de paisajes riojanos, pintorescos pueblos y caldos de guardar. Avanzamos por pistas y senderos con la tranquilidad de sabernos llegados a la meta. Desde este enfoque la experiencia se digiere de otra manera, con la seguridad de que lesiones y sobrecarga acabarán por darnos una tregua.

Entre suaves repechos y descensos atravesamos la campiña riojana. Estos paisajes me evocaron recuerdos de la tierra de los Hobbies en la pluma de Tolkien. Tierra donde la viña es telonera de cualquier accidente geográfico (pueblos, montañas nevadas). Algunos entendidos definen el camino de Santiago como “una de las mejores rutas vitivinícolas de todo el mundo”. Nájera nos vio pasar. Tomamos unos bocadillos para abaratar costes, y abandonamos el pueblo por un repecho durísimo. Tras treinta y ocho kilómetros donde sorprendieron algunas potentes ráfagas de viento que nos obligaron a pedalear incluso durante los descensos. Al fin terminamos una etapa en un horario prudente, lo que nos permitió aprovechar el tiempo para atender necesidades aplazadas.

En Azofra pernoctamos en el albergue público, un lugar que recomendamos por la limpieza, funcionalidad y habitaciones dobles que procuran un descanso de mejor calidad que los albergues al uso. Ya estábamos más cerca de ganarnos la Compostela.

Cuarta etapa. Azofra—Burgos.

Salimos de de Azofra por unas pistas agrícolas que amanecieron convertidas en barrizales. Las ruedas aglutinaban todo el fango inimaginable. Tal era la magnitud de la capa de barro que bajo nuestra mirada los componentes se fusionaban con el suelo en una misma textura. Era sorprendente ver como el fango acumulado en las cadenas, llantas y las gomas drenaba en cantidades ingentes, y aún así nuestras bicis funcionaban. Fue una gran oportunidad para testar la capacidad de nuestras bicicletas de montaña y disfrutar de la experiencia de avanzar sobre una superficie diferente. De repente ya estábamos allí, en el camino, olvidados de la tediosa rutina pero nostálgicos de las gentes que apreciamos y queremos.

En estas circunstancias, y en el plano personal sobreviene una fase personal más introspectiva, donde cada tramo del camino se convierte en un verso del poema que siempre imagino recitando mi historia. ¿Qué difícil situar los sentidos en el presente? Qué fácil parece detenerse la ocurrencia para complicar lo obvio y que difícil se me hace repasar los elementos de la comunicación para conducir los diálogos a lugares fértiles. Me gusta sentir los pensamientos fluir como el torrente del río acaricia sus meandros. Después me tiré una hora cantando.

Un ascenso lento y progresivo nos acercó a Santo Domingo. A veces pedaleaba con mi compañero peregrino y otras peregrinábamos cada uno a su propio ritmo. Fantástica estampa la de Santo Domingo, causándonos gran pesar no disponer de tiempo para disfrutar de la apretada historia de este lugar. De haberlo sabido antes, con toda seguridad hubiéramos hecho un esfuerzo para pernoctar en este acogedor pueblo de Santo Domingo de la Calzada.

… Y más pedales hasta atacar el menú del día. Que ricas comidas y vinos… que tedioso pedalear con la panza llena.

Otro momento especial nos sorprendió en La Pedraja (Villafranca de los Montes de Oca). Tomamos un descanso donde recordamos los comentarios sobre la dureza de este puerto por parte de algunos “bicigrinos”, y sin duda, la montaña hizo honor a su fama. Una subida vertical de unos cuatro o cinco kilómetros durísimos donde no abandonamos por un momento al más grande de nuestros piñones, la más pequeña de nuestras catalinas ni la tensión permanente de nuestros pies sobre los pedales. Estas escenas definieron en mi memoria recuerdos inolvidables. Una rampa para sufridores de la bicicleta seguida de un descenso espectacular por un cortafuegos vertical. Agradecimos la ausencia de lluvia durante los últimos días porque aquel descenso que nos enviaba a Castilla tenía toda la pinta de convertirse en un barrizal impracticable al caer cuatro gotas.

Realizamos un bello descenso hasta San Juan de Ortega, donde nos refrescamos y debatimos si continuar la etapa. Finalmente en un esfuerzo por llegar a Burgos, y atravesando el conocido pueblo de Atapuerca, terminamos la jornada por carretera entre la luz de las farolas. Otro día donde el exceso sólo era compensado por la distancia arrebatada a las sendas del camino. Además una nueva complicación sobrevenida, insensibilidad en los dedos de las manos. Agotados fuimos rescatados por nuestro amigo Álvaro, quien nos buscó un buen hospedaje. Siete Colacaos sellaron mi sueño.

QUINTA ETAPA BURGOS- FROMISTA

Visita al médico. La insensibilidad de los dedos surge como consecuencia de pasar muchas horas sobre la bicicleta manteniendo la misma postura, otra consecuencia del exceso y la ignorancia. La prescripción médica pasa por tomar medicación, intentar modificar la postura ayudado por unos cuernos, y pasar menos horas sobre la bicicleta. Todavía dos meses después de terminar el camino persisten las secuelas de la insensibilidad en una de las manos por lo que a pesar de no ser una lesión aparatosa conviene prevenirla.
Comenzamos la etapa muy tarde, tras sellar en la catedral de Burgos, pero ancha es Castilla y sus terrenos son favorables para la marcha del cicloturista. Algunos valles y colinas nos adentran progresivamente en la meseta. Nos detenemos en Fromista, otra vez, con la noche pegada a los talones, pasamos la noche en un albergue entre pedos y ronquidos de los más variopintos peregrinos. ¡Viva el Camino!

Además un texto sugerente a la puerta de un cementerio. "Yo que fui lo que tu eres tu seras lo que yo soy"


SEXTA ETAPA FROMISTA- LEON

La distancia más larga que jamás recorrimos sobre las dos ruedas. Ciento veinte kilómetros de dura aventura para rematar con las más ricas cañas en el barrio del húmedo. Siempre me gustó la ciudad de León y su gastronomía… Y otra vez con la noche en los pelos del culo. Llegábamos a lo que se puede considerar el ecuador del camino. Paradójicamente la etapa más larga es la que menos palabras me inspira, y es que áridos fueron mis pensamientos por Castilla.

SEPTIMA ETAPA LEON-ASTORGA

Desde hace días nuestro trabajo consiste en pedalear. Desayunamos churros y visitamos el magnífico templo de la catedral de León. La salida de León se convierte en un laberinto interminable para el “Bicigrino”. Confundidos entre las diferentes alternativas que nos brinda el camino nos separamos durante quince o veinte kilómetros. Finalmente llegamos a Villadangos donde almorzamos contundentemente en el hostal “Casa Celso” “Gracias por vuestra amabilidad”, que unos días después sería padre de su segundo hijo “Marcelo”. La “Bicigrina” Sofía nos devuelve al “buen camino”, y nos deja en la senda de lugares pintorescos.

Esencial hacer los últimos kilómetros por las espectaculares pistas que atraviesan unos bosques que nos dejarán en otro punto emblemático del camino “La Casa de los Dioses” un punto de referencia para reponer fuerzas.

Otra vez al taller de bicicletas, y es que cuando no es una cosa es la otra. Estamos en el pueblo maragato pero el calor reinante no invita al típico cocido del lugar. Pasamos la noche en el albergue “Siervas de María”, punto de partida de muchos peregrinos. Reina un ambiente agradable en el lugar. Las habitaciones son para cuatro personas y el trato de los hospederos exquisito.

OCTAVA ETAPA ASTORGA- VILLAFRANCA DEL BIERZO

Regresan las etapas de montaña con la famosa subida a la Cruz de Hierro. Primero la aparición de una pequeña y agradable ermita donde prendí una ilusión y ofrecí el peregrinaje a la memoria de mis queridos abuelos; Martín Aguiar Martín y Nélida Rodríguez Rodríguez, y donde me prometí a mi mismo no olvidar escribirles una biografía. Luego siguió un lento y constante ascenso hacia la cumbre visitando los pueblos maragatos donde tomamos consciencia del aumento de nuestra resistencia. Se saborea la gratificación por el esfuerzo a cada golpe de pedales, cada gota de sudor, y al sentir mis piernas cansadas, en el contexto de esta escena, puedo sentir el placer de la aventura. Bajo la famosa Cruz de Hierro dejé simbólicamente un pedrusco que me acompaño durante los últimos kilómetros del ascenso. Muchos peregrinos dejan aquí una parte de su carga. Vimos fotos de seres queridos, peluches, un paraguas… Es un lugar en el camino donde queda algo de lo que fuimos y sigue el peregrino que de alguna forma siempre somos.

Visitamos la guarida de los templarios resucitados, y disfrutamos de las alturas conquistadas. El templario nos habla de la dureza del invierno y nos recomienda un fabuloso pueblo para almorzar. No dejes de pedir permiso para ir al baño, te sorprenderá.

Siguió un vertiginoso descenso por carretera donde aprovechamos para descansar las nalgas, realizar algunos estiramientos y disfrutar de la brisa contra el rostro. Así que dejándonos llevar por la senda asfáltica divisamos Molinaseca. Agotados nos sentamos en una terraza frente al río donde en lo personal me embargaron las sensaciones más placenteras del camino. Un magnífico menú del peregrino con su trozo de pan y su litro de vino. De postre un jardín a la ribera de un río y la siesta al agradable abrigo de los rayos del sol.
Retomé el camino harto como un botijo, eructando en las curvas y sacando el buche en los repechos. Adormecido y cansado tan siquiera asomó el interés más que por llegar a cualquier destino donde descansar, cruzando Ponferrada y apenas lanzando una mirada a los monumentos en donde se esconden batallas y leyendas de Templarios. Así rodamos hasta Villafranca del Bierzo donde encontramos albergue y como siempre peregrinos gustosos de compartir experiencias y pensamientos. Sin duda la esencia del camino se vive en los albergues aunque el buen descanso sólo se encuentre en los hostales.
Una región incluida en mi lista de lugares por descubrir y disfrutar. Que bellas y variadas son las tierras de León.

NOVENA ETAPA VILLAFRANCA DEL BIERZO- TRIACASTELA

Segunda etapa de montaña consecutiva. De manera lenta y progresiva vamos ganándole terreno a la montaña que nos ha de adentrar en Galicia. La humedad de la montaña, el sonido de los riachuelos, y el acento de los lugareños son la ineludible señal de la Galicia mágica y profunda. Entonces animo a mi amigo Féliz Pérez a que me cante algo en gallego, y casi puedo sentirle el sentir en el encuentro con su tierra. A duras penas vamos ganando terreno al asfalto.

Durante los últimos metros de la ascensión siento un fuerte pinchazo en la rodilla que me obliga a bajar de la bicicleta a lo largo de algunos kilómetros. Pero por suerte casi hemos hecho cumbre y el resto de la jornada será en descenso. Un poco de nieve refleja en la parte más alta de la montaña y aprovechamos para sacar la foto que no puede faltar.

A la montaña le sigue un descenso vertiginoso por sendas abruptas y verticales que atraviesan aldeas de la Galicia interior. Bautizo a mi compañero como “El Halcón Perezgrino” por sus descensos vertiginosos y habilidosos con la bicicleta donde según sus manifestaciones la clave reside en no frenar y tampoco pedalear.
Pese a proponernos terminar las etapas a las cinco de la tarde el entusiasmo por avanzar siempre nos lleva a un esfuerzo extra. Este tema, así como el sistema general de la alimentación (comida principal, etc.) y la gestión de las molestias o posibles lesiones entiendo que constituyen un aspecto importante de cara a conseguir un ciclo biológico adecuado para el desarrollo de esta aventura, por lo que considero importe establecer unas pautas generales con independencia de que luego puedan hacerse excepciones.

… Y nos enchufamos otro suculento menú del peregrino.
Tarde de paz y descanso, conexión con los seres queridos.

 DÉCIMA ETAPA TRIACASTELA --- PORTOMARÍN

Esta etapa nos descubre el corazón y la magia de la Galicia rural a lo largo de un terreno rompe piernas con constantes repechos a colinas donde nacen multitud de riachuelos que nos acompañaran hasta los frondosos valles, atravesando barrizales y esquivando alguna vaca. Llama la atención algunas aldeas donde me embarga la sensación de pertenecer a un tiempo más antiguo. Es tan bella la aventura de atravesar estos parajes que narrarlo no llega a ser consuelo.

En lo personal fue una etapa difícil puesto que arrestaba molestias del día anterior y tuve la desgracia de pinchar una rueda durante un descenso a Puerto Marín. Acontecimiento que desembocaría en una discusión con mi compañero sobre la conveniencia o no de llevar cubierta de repuesto, y conversación insulsa de posturas enfrentadas que aún nos da para seguir discutiendo lo mismo toda vez que alguno sigue retomando el tema, baladí todo.

Un tanto desmotivado por los acontecimientos y después de entrarle a un menú peregrino volvió a sucederse otro contratiempo.

DECIMO PRIMERA ETAPA PORTOMARIN – SANTIAGO DE COMPOSTELA

Nos concienciamos para una etapa larguísima. Cubrimos a lo largo del día alrededor de 96 km. Atravesamos repechos durísimos, bosques encantados, pueblos pintorescos y multitud de iglesias donde registrar un recuerdo peregrino.

Debido a una confusión durante las nieblas al alba, pedaleamos separados durante gran parte de la mañana, salvando cada pilón kilométrico que nos recuerdaba más cerca de nuestro destino. Un día donde la climatología volvió a ser propicia para el paso de los peregrinos.

En esta texitura surgen recuerdos de los últimos dias. Pienso en los aspectos de la convivencia y en la comunicación con mi compañero de viaje y resto de peregrinos. Esto puede ser útil para mejorar rasgos de mi propia personalidad que no me gustan, como por ejemplo practicar una escucha más activa cuando tengo la necesidad de expresarme, hablar más bajo cuando me tomo un par de vasos de vino (y a veces cuando no me los tomo) o intentar que un diálogo constructivo no termine en la disputa insulsa de dos opiniones enfrentadas, bien sea por expresarme mal, usar palabras desafortunadas o sentimientos mal gestionados. Recapitulando estas ideas el Camino me ha servido para reforzar mi convicción de que la tolerancia y aceptación ante la forma de ser de los demás, el respeto y la comunicación así como la paciencia son elementos necesarios para una buena convivencia con los peregrinos y hasta con mi mujer. También me ha dicho el camino que vale más una actitud positiva, que vale más peregrinar cada día que pasar el día sentado. También me ha dicho el camino que las decisiones no las toma el peregrino sino el camino. También me ha dicho el camino que regrese y lo disfrute de otra manera, que me promete una aventura diferente aún cuando peregrine por las mismas sendas. Y también me ha dicho que no me atreva a discutir con un ignorante porque me rebajaré a su nivel y allí me ganará por su experiencia... Y le doy las gracias al camino.

La llegada al santuario. A pesar de saberme el camino vencido, me embargó una sensación de indiferencia bastante confusa. Se habla mucho de las sensaciones de la gente al llegar a la Plaza. Yo me había preguntado en varias ocasiones como serían mis sentimientos al llegar al Obradoiro . Creo que esperaba una emoción intensa y sin embargo me sentí bastante vacío e indiferente, aunque satisfecho. Otra historia y otras sensaciones más profundas me esperaban a la mañana siguiente durante la misa a los peregrinos y la visita al Santo Apóstol, ya con el cuerpo descansado y la mente más lúcida.

Cuando todo acabó pasé unos días por Galicia con Félix Pérez y Ana Pico, recuperando el sueño perdido y visitando algunos lugares de gastronomía y costumbres interesantes. Gracias por vuestra amabilidad y la de vuestra familia en Fene, de aquellos días guardo un recuerdo agradecido, pues encontrar hospitalidad y buen trato es algo que me alegra el alma.


Gracias a Féliz Pérez por cederme sus anotaciones que han sido de gran utilidad para completar el artículo, y por aguantar mis ronquidos.


He aquí un encuentro casual de con Valle Inclán.

Abril de 2010 Juan J. Aguiar

miércoles, noviembre 26, 2008

FIN A LA TELEVASURA

Dijo John Lennon: "¿Te imaginas que se declarara una guerra y no fuera nadie?". Y después, a finales de 1969, con los Estados Unidos metidos hasta las tripas en el asunto de Vietnam, realizó una campaña basada en anuncios en periódicos y carteles en vallas publicitarias en donde se leía "La guerra ha terminado (si tu quieres)". ¿Os imagináis, queridos lectores de "625 ranas", que Telecinco pagara 300.000 euros a Julián Muñoz por una o dos entrevistas y no las viera nadie? ¿No nos damos cuenta de que la telebasura ha terminado (si nosotros queremos)? Podemos hacerlo, estoy convencido. Sé que muchos pensaréis que es imposible, que por supuesto que vosotros no vais a ver la vileza de programa que Ana Rosa Quintana tiene pensado perpetrar con el ex-alcalde de Marbella pero que no hay forma de impedir que ese programa sea un bombazo de audiencia que llene de escombros todas las cadenas que se encuentran en un radio de dos o tres botones del mando a distancia. Y sin embargo estoy convencido de que podemos conseguir que ese programa fracase estrepitosamente. Será la euforia de estos días, será el subidón de saber que vivimos fechas que figurarán en los libros de texto, pero me resisto a creer que a la audiencia televisiva, absolutamente harta de que la tomen por imbécil, no le apetezca pasar a la Historia el próximo fin de semana. No será fácil, pero podremos si lo intentamos entre todos, si divulgamos esta idea en blogs, entre los amigos, en el trabajo, en los foros que frecuentamos. Se trata de convertir el retorno de Julián Muñoz en un símbolo de lo que nos tiene asqueados, de empezar a ser espectadores activos y no limitarnos a ver obedientemente lo que nos mandan, de protagonizar por fin los titulares de los periódicos. Hay que ir de puerta en puerta, enviarlo en SMSs, comentarlo en las aulas y los supermercados. "No veas la entrevista a Julián Muñoz". Así de sencillo. La guerra ha terminado (si queremos). Podemos hacerlo. Estoy convencido. Sí, podemos. Con la puta crisis están echando a la gente a la calle, no hay curro y resulta que van a pagar a un ladrón !!!!!50 millones de pesetas!!!!! por decir babayadas por la tele; VERGONZOSO!!!! En serio teneis que remitir este mensaje para que llegue lo más lejos posible. Ya esta bien de joder. Lo mejor es encender la tele y poner otro canal que no sea tele 5 para que contabilizen los indices de audiencia y aumenten los de otras cadenas en detrimento de los de telecinco. Teneis un articulo en la Nueva España del 12 de noviembre, en la página de critica televisiva de Antonio Rico. http://www.noveaslaentrevista..com/