domingo, junio 18, 2006

A vueltas con Europa

En ocasiones reflexiono sobre el hecho trivial de ser europeo, y merodea por mi cabeza atestada de contrariedades una Torre de Babel. Esta reflexión me recuerda a la lentitud para comunicarse que hay en el bosque encantado de los Ems. Creo que la lucha por salvar las distancias y federalizar las naciones es todavía utopía, una idea en vías de desarrollo, como tantas cosas en este mundo excluidas bajo el lema“En vías de desarrollo”. Por otro lado están los que quieren hacer una nación de cualquier pedazo de tierra, peñón o metro cuadrado urbanizable aludiendo a la idiosincrasia o a la estupidez de entenderse ufanos, enaltecidos, pavones y zidanes (si ya se que es un chiste difícil hasta para su creador que soy yo).
Al final el conflicto sencillamente surge entre los que no quieren Unión Europea y los que si la quieren. La mayor dificultad que tenemos en Europa para entendernos no subyace en la diversidad de idiomas, sino en las jergas ininteligibles de los egoístas que no saben compartir el testimonio de su cultura con los demás, ni ceder sus espacios acotados de poder, tal vez el único lugar donde se sienten personas. Por ellos te invito a construir un símbolo inquebrantable, unámonos por un mundo más equitativo, y contribuyamos a la riqueza que nace de la diferencia, un símbolo que también es de la libertad. Señores, bienvenidos a esta nueva realidad de la existencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Europa, el mundo, el universo, el infinito, siempre habrá límites con nombre.

R.C.H.