miércoles, diciembre 20, 2006

La Reme

Escena 9

A cámara lenta... Aparece La Reme como buscando un hilo de voz al que desafiar desde una palabra embalsamada en caracteres oscuros, y ante la duda de este duelo, todo se impregna de voces femeninas ¡Murió el marido de la fulana aquella! Todos callan, y hasta el silencio se torna inquieto (será la calma antes del Delta)... La Reme corre a sentarse en la silla, contiene el aire y sonroja, junto antes de quebrar su voz en carcajadas, inesperadas pero habituales, perfectamente reconocibles y apostilladas por una tos ahogada. Recobrada la calma cuenta la última batalla...

Escena 23

Por la noche, en la sala, mirando al techo... Estoy ensimismado, buscando una palabra que defina mis pensamientos para rentabilizar el tiempo sabiendo que lo estoy perdiendo... Me acuerdo de La Reme y sonrío; picarona hasta en el nombre, me recuerda que el humor es sinónimo de bienestar, bien gratuito e inagotable, un lujo sólo al alcance de mentes sin prejuicios, ni etiquetas moralistas, ni clasismos, pero también vía disuasoria, mejor solución para convivir junto a las dificultades, y mecanismo social para evadirse de la cruda realidad que supone el latir de nuestros corazones. Claro que los efectos positivos del humor ya están suficientemente demostrados y divulgados, valga el pensamiento de una persona.

Escena 43

Ya ves querida Reme, que el buen humor del que haces gala es un regalo útil hasta para las reflexiones en voz alta.
Títulos de Crédito

También a todos mis compañeras/os, por la buena acogida que me habéis dado, gracias.

Juan J. Aguiar

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quién es la Reme Juan?

Juan J. Aguiar dijo...

La Reme es una compañera de trabajo, con un punto de locura y un carácter muy particular, por eso forma parte de mis ejercicios literarios.