jueves, enero 27, 2011

Biografía de Martín Aguiar Martín

“Lo que haces por ti se va contigo y lo que haces por los demás permanece.”

Esta cita cobra un sentido profundo al evocar la memoria de Martín Aguiar Martín, un personaje que perdura en los pensamientos y emociones latentes de multitud de personas agradecidas a quienes ofreció sanación, solidaridad y cariño dignas de un hombre profundamente creyente en Dios y ser humano ejemplar. Una persona que hizo su caminar por el sendero marcado y perteneciente a la gran estirpe de los hombres buenos.

Su biografía desde el punto de vista humano es la de un hombre que vive en armonía con sus valores y creencias, de una manera honesta y comprometida, actitudes con que ganó el corazón de propios y extraños.

Hijo de Doña Emilia y Bernabé vio la luz del mundo el viernes 11 de noviembre de 1927, día de San Martín, en el pintoresco pueblo de Tijarafe, barrio de la Punta, en la Isla de La Palma, en el seno de una familia campesina, aunque no sería inscrito en el registro civil hasta un año más tarde, una práctica habitual de la época.

Aprendió a leer y escribir siendo niño merced a un maestro lisiado y a los esfuerzos de su madre por pagarle las clases en aquellos tiempos de escasez. Desde niño mostró interés por la dimensión mística y búsqueda de Dios. A su temprana edad surge la vocación al sacerdocio, frustrada por falta de medios económicos y la necesidad de contar con su trabajo para sostener la economía familiar. Es también por entonces, cuando manifiesta ciertas aptitudes sensitivas al tener “apariciones” de su difunto padre y otros entes, además de destacar por un alto grado de intuición. Su madre, preocupada por estos acontecimientos lo llevó a un conocido espiritista en S/C de La Palma (Perico). El hombre nada más verlo dijo a “Mimina” (Así era conocida la longeva madre de Martín, fallecida a los 101 años de edad) Que aquel niño poseía un “Don” para ayudar a las personas, unas capacidades que necesita aprender a gestionar, así que brindó su ayuda para adiestrarlo en esta tarea. Esta decisión suponía que el pequeño quedara una temporada a cargo del médium, una opción que no agradaba a su madre, así que tras valorar otras posibilidades, optaron por neutralizar estas capacidades extrasensoriales mediante un ritual esotérico, y el remedio funcionó.

Durante su adolescencia colaboró con su familia en las labores agrícolas, y se forjaron las bases del cristiano ejemplar de vida y obra que fue. Hombre sociable y discreto, de carácter serio, fácil coloquio y actitud responsable perteneció durante muchos años a la hermandad del Santísimo Sacramento en Tijarafe, una antiquísima hermandad cuyos orígenes datan del S. XVI

Prestó el servicio militar en las Palmas de Gran Canaria destacado en el ejército de aire época de la que guardaba gratos recuerdos. A su regreso contrajo matrimonio con Nélida Rodríguez Rodríguez, quien resulto ser una esposa y mujer ejemplar, laboriosa e íntegra, primero sufriendo la ausencia de su marido emigrado, criando a sus hijos, y más tarde aceptando en una demostración de amor incondicional la vida entregada de su esposo. Fruto de este amor nacerían cuatro hijos (Juan, Teresa, Miguel y Félix) Nélida destacó popularmente por sus labores artesanales sobresaliendo por su dedicación al tradicional borde palmero.

Martín Ingresó en el cuerpo de la Guardia Civil prestando servicio en los pueblos de Valencia de Alcántara, Guía de Isora y Grafía

Tras algunos años en el Cuerpo solicitó una excedencia y emigró a Venezuela, como tantos paisanos, en busca de prosperidad. En el apartado profesional realizó diferentes trabajos destacando como transportista. Además tomó contacto con la santería Venezolana, un crisol de culturas y creencias donde las figuras de María Lionza, el Negro Felipe, y el indio Guacaipuro son representantes de los diferentes orígenes de las creencias que confluyen en este país. En este contexto despertó el “Don” latente de la infancia, una circunstancia que le llevó a desarrollar habilidades como médium. Llevado por su inquietud trascendente y la búsqueda del Ser Supremo, por el estudio de la mente y su relación con el universo, y en un intento de responder a sus muchas cuestiones, ingresó en la Orden Rosacruz (AMORC) a la que permanecería afiliado toda su vida, un hecho que sin duda promovió la dimensión mística de la que siempre hizo gala

En el año 1971 fue a pasar unos meses a su tierra palmera causando tal expectación que multitud de vecinos se congregaron en el hogar familiar para preguntarles por sus difuntos seres queridos.

Regreso a la Palma en marzo del 1974 y trabajo durante muchos años en la compañía de Guaguas Insular, primero como chofer y después como encargado gerente.

En el momento de su jubilación centro su atención en el estudio Rosacruz y la ayuda desinteresada a los demás. Durante más de quince años llevó una vida muy estructurada, dedicando una gran parte de su tiempo a aquellos de los que más se rodeaba, eran los más pobres, enfermos, o necesitados. Cada mañana conducía su coche desde el barrio de La Punta hasta los Llanos, casi siempre en compañía de algún vecino o familiar, allí desayunaba frecuentemente con los amigos, hacía sus gestiones y esperaba paciente la llegada del furgón de la prensa. Luego salía presuroso hacia La Punta de Tijarafe donde durante los últimos quince años llegaron de su mano los primeros ejemplares de su inseparable Diario de Avisos.

En su mesa nunca faltaba un potaje y en la despensa por apretada que fuera la economía siempre reinaba la abundancia. En la parte baja de su casa hay una lonja con una terraza exterior. En este lugar tiene habilitado un altar y una sala de espera. Aquí pasaba las tardes atendiendo a personas venidas de diferentes puntos de nuestra geografía, sin el menor ánimo de lucro. Sus remedios consistían en recetas que combinaban diferentes tipos de hierbas utilizadas en la medicina popular canaria de las que era un gran conocedor, y otros trabajos esotéricos. Con esta vida tan variopinta no es de extrañar que también fuera un gran contador de historias.

La vida de Martín Aguiar se dibuja en una línea ascendente hacia la realización personal donde la dimensión humana y espiritual del personaje se engrandece configurando una persona sencilla y sabia, en permanente armonía consigo mismo y sus semejantes.

Martín Y Nélida se amaron como esposos y compañeros durante más de sesenta años, pero lo que no esperábamos y a todos nos cogió por sorpresa, después de la penosa y dura enfermedad y del fallecimiento de su esposa, es que le dejase tal desgarro y pena en su corazón que le sumiera en la profunda tristeza que no superaría. El pasado 3 de febrero de 2010, y apenas habían pasado 22 días de la pérdida de Nélida, después de una mañana rutinaria en sus costumbres habituales, y a la hora de Nona Martín sorprendido por un infarto miocardio fulminante entregaba su espíritu al Creador en el que él siempre creyó hasta el final.

Por todas estas cosas y haciendo referencia al principio de este texto Martín Aguiar y Nélida Rodríguez dejaron su memoria viva en el corazón de sus seres queridos, legaron el mejor de los patrimonios, su ejemplo de vida, y transmitieron valores como la sencillez, la honestidad… Y el respeto hacia los demás. Ellos que tuvieron la suerte de irse de este mundo siendo mayores son ejemplo y modelo de los hombres y mujeres del futuro. Es por todo ello que el testimonio de sus vidas y sus vidas en si mismas están ligadas a la idiosincrasia de nuestra cultura popular canaria de la que son personajes representativos.



Juan J. Aguiar/ Félix Aguiar

tijarafe@latinmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya vi las fotos actualizadas de tu album en picasa. Me alegro que hayas casado con Cande, después de tanto tiempo juntos...
A quién también en tu album fue a Conrado. Como siempre, con su Síndrome de Peter Pan Eterno; cambiando de novia con la frecuencia con que te cambias de calzoncillos.

Un saludo.

PD. Dos enlaces por si no sabes en que consiste el Síndrome de Peter Pan.
http://www.portalcantabria.es/Psicologia/54.php
http://www.revistaohlala.com/1036775

Anónimo dijo...

Ya vi las fotos actualizadas de tu álbum en Picasa. Me alegro que te hayas casado con Cande, después de tanto tiempo juntos...
A quién también vi en tu álbum fue a Conrado. Como siempre, con su Síndrome de Peter Pan eterno; cambiando de novia con la frecuencia con que te cambias de calzoncillos.

Un saludo.

PD. Dos enlaces por si no sabes en que consiste el Síndrome de Peter Pan.
http://www.portalcantabria.es/Psicologia/54.php
http://www.revistaohlala.com/1036775