miércoles, mayo 10, 2006

¡Asesinos, Asesinos!

Otra vez el horror plasmado en el televisor. Ladeo mi cabeza, busco un ángulo desde donde observar algún detalle que escape de la imagen, quiero confirmar una mentira ¡Siempre caigo en lo mismo! Y me digo ¡Que no Juan, que el ángulo da igual, que no hay más que ver! Prisioneros de guerra torturados sin más límite que el de la imaginación de unos soldados carentes de conciencia, sin amor a la vida, bazofia de personas podridas y títeres de alguna mente perversa en la trastienda, donde no llegarán los medios de comunicación. ¡Viva la democracia! Yo frente a la caja tonta, invadido por una emoción que mezcla odio, venganza, paz y debilidad, pero todavía con la esperanza depositada en las instituciones que promueven la paz. Espero que la esperanza no tenga límites porque siento un puto impulso por llevar el nacionalismo hasta su extremo más radical, y convertirme en mi propio estado ¡Si! Que las fronteras sean mi propia piel, mi pensamiento el principio de la ley, mi corazón un parlamento con división de emociones. Mi propia ficción seduciéndome más que la ficción que encuentro en cada despertar. Por suerte o desgracia fui educado en la convivencia pacífica, con talante universal, desde libros que hablan de democracia hasta personas que se manifiestan por la paz y la tolerancia. Ahora no puedo fallarle a toda esa gente que lucha y muere defendiendo valores universales que dignifican y unen a los seres humanos, pero sobre todo, no puedo fallarme a mi mismo. ¡BASTA YA DE GUERRAS!¡BASTA YA DE ASESINOS!¡NOS ESCUCHARAN!¡BASTA YA¡¡BASTA YA¡¡BASTA YA¡

1 comentario:

Anónimo dijo...

Somos unos conformistas, soy un conformista resignado a mi realidad, ni aún escribiendo nos oirán.
Moisés.