miércoles, marzo 28, 2007

ESTIGMAS AL DESCUBIERTO

En la zona occipital de la cabeza, donde las entradas de mi cabellera se hacen viejas, me presionan sin lástima las penas que no pueden escapar, y un dolor se distribuye desde el hipotálamo para avanzar quebrando con tenues e incesantes dolores toda la región cervical.

Mis ojos tienden a fijarse en cualquier lugar de suelo. Me siento el hombre más débil del mundo, confundido en las causas que han ido borrándome la sonrisa del alma para inundarme con lágrimas emanadas del temor. Triste, decaído, y aturdido por los silencios elegidos, y notoriamente mermado de mis capacidades físicas y psíquicas. Estoy penando en el altar del poder bajo alguna mirada misericordiosa que opta por no atravesarme con su lanza. Censurado y atrapado en una ilusión de prosperidad que me hunde, como una vida arrojada al mar abierto dentro de un saco sellado con una soga, y soñando con una bocanada de aire imposible.

Atravieso una crisis emocional que va tomando matices oscuros, un torrente de sensaciones desgarradoras que me excluye hasta de mi mismo y me arrastra hasta donde no deseo conocerme. Aún siendo un tipo débil, tímido y simple podré contarlo porque siempre me quedará valentía junto a las palabras que amo, junto a las palabras con las que espero morir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya con las emociones literarias, sin duda un vómito desproporcionado en un momento jodido, así que espero que se te haya pasado la acidez y regreses a la moderación incisiva.

Mr Klein.