HASTA PRONTO

Ocurre esporádicamente. Llega el tiempo de disimular bajo el hábito y ocupar algún convento donde afrontar un retiro valiente. La necesidad de alcanzar nuevas metas me impulsa a sacrificar mi naturaleza cotidiana para centrarme en actividades más concretas, y así evito dispersarme. Me voy con una mordaza nueva que sella ciertas opiniones y pensamientos, insatisfecho por la pobre hornada de producción literaria durante los últimos meses, y apesadumbrado tras tomar conciencia de una nueva realidad que diside de ciertas aspiraciones personales. Pero también hay futuro...

Las inquietudes no merman, ni muchísimo menos, siguen latentes como necesidades que me atraviesan si no las atiendo. Aviso que seré capaz de nadar en medio de este océano revuelto, que remontaré todas las corrientes hasta alcanzar la orilla del acantilado, y treparé a la cima donde aguardan las ilusiones que aún no desvelaré. Posiblemente llegue enclenque y vomitando palabras, exhausto de no satisfacerme y buscando afecto.

Me evaporo junto a una balada cantada al oído donde cada palabra cobra sentido y cada nota me alimenta, a veces evocando un recuerdo y otras olvidando mi nombre.

¡Miren ahí va caminando un montón de ilusión!