domingo, abril 20, 2008

Cambios

Gravo a fuego en los engranajes de la mente aquellas palabras que definen la historia como una “sucesión sucesiva de sucesos sucedida sucesivamente” y la memoria enciende la llama de la nostalgia para acto seguido evadirme en conjeturas futuristas que me alejan de la ciencia ficción que me inculcaron las películas. Tal vez caí en la insensatez de buscar el futuro en el cine, como quien acude al vidente una tarde de domingo.

Lo que nadie me explico, tal vez, lo que nunca quise entender era un futuro impregnado por esa sucesión sucedida de sucesos, y de ahí mi frustración por presenciar una realidad progresiva cuando esperaba una realidad repentina. Todo ocurre poco a poco y de repente, algo que me induce a un estado adormecido permanente, a la incapacidad de entender una realidad objetiva como primer paso para enfrentarme a ella. Si el cambio climático se hubiera concretado en una serie de cambios repentinos seguramente la humanidad hubiera tomado medidas drásticas para solucionarlo pero el cúmulo de hechos aislados espaciados en el tiempo parece quitarle gravedad al más cruel de los asesinatos (el de toda una especie).

Y al final todo radica en la capacidad para adaptarnos a la realidad de un reloj que se acerca al infinito.


Juan J. Aguiar.